Los efectos del cannabis en el cerebro implican cambios en la percepción, estados de ánimo positivos y euforia a corto plazo. Su consumo también hace que aumente el apetito e induce a la sensación de estar “colocado”.
Sin embargo, también trae efectos secundarios, entre ellos la pérdida de memoria a corto plazo, enlentecimiento y descoordinación motora y ansiedad, junto con síntomas no tan psicológicos como el enrojecimiento de los ojos y sequedad de boca. A largo plazo, la marihuana daña el cerebro, disminuyendo la concentración y otras capacidades cognitivas en general, además de generar adicción.
Síndrome de amotivación
Uno de sus efectos más comunes pero a la vez menos conocidos por los consumidores es el síndrome de amotivación. A pesar de que se ha afirmado en multitud de ocasiones de que la marihuana es una droga inocua, el simple hecho de que sea una droga ya es algo que implica afectación sobre el organismo. Entre los efectos negativos destaca el síndrome de amotivación, cuyos síntomas coinciden con la idea que uno tendría en mente de lo que es un adicto a la marihuana.
Este síndrome presenta las siguientes cuatro fases. Lo primero que siente el consumidor es la euforia, una sensación de gran felicidad y laxitud. Se siente fluido en la conversación y se ve estimulada la fantasía.
Tras la euforia vienen las alucinaciones. Lo que en un principio eran meras fantasías ahora adquieren un contenido perturbador. Van perdiéndose las nociones de tiempo y espacio. El consumidor siente muchas emociones en esta etapa y los cambios de ánimo pueden llegar a ser muy bruscos e intensos.
En la fase de la beatitud el consumidor se siente bien, con una sensación placentera de tranquilidad y paz. No hay miedo, pero tampoco deseo. Va adormeciéndose poco a poco.
Finalmente, el consumidor se duerme o bien es totalmente incapaz de hacer cualquier horas por unas cuantas horas.
Efectos subjetivos de la marihuana en el cerebro
En función de cómo haya sido consumida, la marihuana tiene efectos de diferente duración. Si se ha inhalado, los efectos subjetivos comienzan al poco de haber pasado un minuto, mientras que fumada los efectos máximos se alcanzan a los treinta minutos. La duración de estos efectos son de cuatro horas si es inhalada y ocho en caso de que se haya ingerido por vía oral.
El efecto que los consumidores más notan es la alteración del sentido del tiempo. Les da la sensación de que los minutos y las horas son más largas de lo que lo son en realidad. La marihuana ejerce efecto sobre los centros de la audición del sistema nervioso. También es frecuente que los consumidores noten un aumento subjetivo de los sentidos del tacto, el gusto y el olfato.
Los efectos de la marihuana en el sistema nervioso dependen de la forma de ingestión y de la cantidad tomada del principio activo principal. El THC no se disuelve en agua, por lo que solo es posible consumirlo mediante la ingestión y la inhalación.
Intoxicación aguda de marihuana
La intoxicación aguda de marihuana implica varios efectos psicológicos. Entre los síntomas pueden darse ideas paranoides, ilusiones, alucinaciones, ideas delirantes, despersonalización, confusión, agitación y excitación. Puede haber delirio y obnubilación con agitación y excitación violenta. Todos estos efectos se acabarán pasando al cabo de unas horas, siempre y cuando el consumo de marihuana no vaya a más y no se combine con otras sustancias.
La marihuana no deja de ser una droga y como tal induce efectos sobre el sistema nervioso, algunos muy serios. Los consumidores de esta sustancia pueden mostrar comportamientos sumamente peligrosos, tanto para ellos como para los demás, en función de diferentes factores como la cantidad de THC ingerida y aspectos de personalidad. La intoxicación aguda puede provocar cambios de humor y emociones negativas como ansiedad, temores y pánico.
Consumir marihuana incrementa el riesgo de que se dé un brote psicótico. El aumento de crisis de pánico y ataques de ansiedad se relaciona con un consumo habitual de la sustancia.
Efectos sobre el desarrollo cerebral
El consumo habitual de esta droga durante la adolescencia está asociado con alteraciones en la conectividad y un menor volumen en ciertas regiones específicas del cerebro implicadas en funciones ejecutivas, como la memoria, el aprendizaje y el control de los impulsos.
La investigación científica apunta que el consumo de marihuana puede causar deterioro funcional en las habilidades cognitivas. No obstante, este deterioro variará en función de la edad de inicio de consumo, la cantidad de la sustancia ingerida y la duración del consumo.
Se cree que el sistema endocannabinoide desempeña un gran papel en la formación de las sinapsis durante las etapas tempranas del desarrollo cerebral, lo cual explicaría por qué el consumo de marihuana, con sustancias que inciden sobre este sistema, alteraría aspectos cognitivos durante la adolescencia.
Deterioro de la memoria
La marihuana deteriora la memoria porque el THC afecta al hipocampo. Esta estructura es el área del cerebro responsable de la formación de recuerdos y procesa información.
A medida que los seres humanos vamos envejeciendo, nuestro hipocampo pierde neuronas y esto afecta a la capacidad de aprender información nueva. El consumo de marihuana supone exponerse al THC que, de hacerse de forma prolongada, acabará acelerando la pérdida de neuronas del hipocampo, haciendo que se den pérdidas de memoria prematuras.